Cenas Adivina: historias por compartir
Hay planes y planes. Divertidos, compartidos, sociales, improvisados, memorables, cotidianos. Y luego hay planes originales y diferentes. Ir a una Cena Adivina es de estos últimos. La idea es sencilla: te juntas con un grupo de personas a cenar. Un experto y un puñado de invitados comparten conocimientos y experiencias en una velada inolvidable. Sin guiones preestablecidos y sin ataduras, recuperando el verdadero espíritu de una tertulia. Todo con un menú exquisito preparado con esmero; en una preciosa y acogedora casa del madrileño barrio de Salamanca; y por supuesto, regado con una botella de vino. A menudo, una botella de Martelo, que se ha pasado ya por unas cuantas de estas cenas.
Silvia ejerce de anfitriona en un encuentro en el que vas a departir, conocer personas, analizar puntos de vista y disfrutar, sobre todo disfrutar. El secreto de estas cenas reside en crear una atmósfera agradable que hacen de la experiencia algo de lo que no dejarás de hablar. En la oficina, con tus amigos, con tu pareja, en el gimnasio o durante el resto del fin de semana.
Las Cenas Adivina están abiertas a cualquiera. Miras el calendario, buscas un tema que te interese en una fecha que te cuadre y te inscribes. Ya solo te queda tener la mente abierta y pasarlo bien. Para conocer un poco más sobre este planazo, date una vuelta por su web o por su Instagram y ya verás qué ganas de no perdértelo.
Uno de esos planes en los que se practica el #martelismo sin corsés.